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Mateo

Richard Cipher, un gilneano muerto viviente

Los gilneanos siempre fueron orgullosos. Acaudalados y orgullosos. Lord Richard Cipher era un hombre adinerado que tenía unas pocas tierras en la costa oriental de la península. Amasaba una fortuna con el comercio con Kul Tiras y vendiendo alimentos a los Celadores de Baradir, quienes a penas subsistían en las rocosas islas de Tol Barad, pero en secreto trabajaban para un grupo de piratas que robaban y saqueaban a los barcos de los “competidores” y era esa su verdadera fuente de ingresos. Cuando estalló la Segunda Guerra, el rey Genn Cringris llamó a todos los señores y caballeros que habitaban en Gilneas y con promesas de oro como pago por sus servicios los llevó a la guerra. Lord Cipher llevó a sus fieros piratas al combate, lo que aseguró las costas de la Bahía de Menethil y así la alianza pudo transportar tropas hasta Dun Modr a espaldas del ejercito orco. La guerra terminó pero Lordaeron y los otros reinos humanos quedaron devastados. Sin poder pagar por los servicios prestados, el rey Therenas ofreció al Cipher unas tierras en los bosques de Darrowmere y el señor de una pequeña porción de Gilneas pasó a convertirse en dueño de tierras ricas y extensas. Muchos años después el príncipe Arthas volvió de Northrend y asesinó a su padre, muchos de los señores de las tierras de Lordaeron juraron llevarlo ante la justicia, pero no fue el caso de Lord Cipher quien apoyó al nuevo rey y se entregó voluntariamente al Azote de la Plaga. Como recompensa por su lealtad, Arthas le concedió una limitada voluntad propia que sólo era entregada a los miembros del Culto de los Malditos. Fueron los corsarios muertos de Cipher los que mantuvieron a raya a los barcos de Silvermoon en la invasión a Quel’Thalas y también los que combatieron contra la fuerza naval de los Elfos Nocturnos en Kalimdor cuando el demonio Archimonde asaltaba al monte Hyjal. Sin embargo, pese a todo, el poder de la Legión y la Plaga combinados, la derrota hizo que Lord Richard Cipher dudara de la capacidad de Arthas. Cuando regresaron a Lordaeron y los poderes del caballero de la muerte empezaron a menguar y a perder control sobre el Azote, decidió que era hora de buscar un nuevo líder o perecer. Sylvannas recibió con desconfianza a Richard Cipher, pero no pudo negarse a recibir a uno de los más renombrados genios militares y a su flota para consolidar el poder de los Renegados.

Logros del Héroe

Todavia no obtuvo reconocimientos.

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